miércoles, 15 de febrero de 2012

¡AQUÍ NO HAY LIBERTAD!

Libertinaje: actitud irrespetuosa de la ley, la ética o la moral de quien abusa de su propia libertad con menoscabo de la de los demás: la libertad en ocasiones se transforma en libertinaje.

¡Libertad, libertad! Libertad sí, pero no como decía aquel libertinaje.

Libertad: hoy en día la única libertad que hay es el libertinaje reinante del poder financiero, del todo vale, del descontrol total y nadie que corte sus alas. Sí claro, la libertad está muy bien pero cuidado, porque tu libertad termina donde empieza la mía.




El poder que se ha dado a los mercados con esa libertad, esa vía ancha para hacer y deshacer a antojo, esa desrregularización total, está ya pisando muchas libertades, concretamente la de muchos ciudadanos que están siendo sometidos por sus gobiernos a duros ajustes, recortes de derechos, ciudadanos a los que les están cortando las alas de la dignidad impidiéndoles llevar una vida digna.


El pueblo no es libre porque los mercados abusando de su libertad se han convertido en libertinos y ya no respetan la barrera de donde empieza la libertad del resto, los gobiernos se doblegan ante ellos y nos obligan con sus actos a vivir de rodillas a voluntad y merced de los mercados.

Cuantas más alas, libertad de actuación se le da a los mercados, al poder financiero, más vuelos se le quita al pueblo y es que demasiada libertad en un sector que tiende a ser codicioso, a no saber refrenarse, a no medir el daño moral o humano que sus actos conllevan perjudica seriamente la salud, la libertad y la democracia del pueblo.



Es vital cortar las alas a esos poderes financieros que acaban comportándose como verdaderos dementes inhumanos infringiendo toda regla ética y moral al actuar en contra de las personas.

Es un grave error dar libertad a la avaricia y la codicia.


Libertad al pueblo, al sentido común, a la vida, a la cooperación, a la humanidad.


El pueblo es esclavo, recortado en sus derechos, sometido, y los poderes financieros que gobiernan a los gobiernos y por tanto a todos nosotros libres como el aire.


Por eso y visto que los gobiernos no quieren o no pueden frenar ese vuelo alocado, tendremos que ser el pueblo en nombre de nuestra libertad y dignidad, los que lo hagamos mediante una revolución pacífica pero contundente.

Por sentido común no puede gobernar el mundo un sector que no le conmueve lo humano


¿Qué mundo estamos haciendo? ¿En qué lo estamos convirtiendo?
Perdón, ¿qué mundo estáis haciendo? ¿En qué lo estáis convirtiendo? Me excluyo y excluyo de este saco a toda la gente digna y humana que vela y lucha porque este sea un mundo mejor, más justo y humano.

¿Qué mundo quieres tú?

Me gusta el futuro porque es un papel en blanco que podemos escribir entre todos de la forma que queramos.
Yo quiero escribir: justicia, paz, libertad, igualdad, humanidad, dignidad.


¿Qué quieres escribir tú?

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