jueves, 24 de noviembre de 2011

¿CRISIS? NO ME CREO NADA


Líderes europeos, líderes mundiales, permítanme decirles que no me creo nada.

       Abrieron la puerta a la especulación, dieron barra libre a los mercados, a la banca, a los buitres de las corporaciones y a la usura. Si, ustedes "tan dignos todos" abrieron esa puerta, ¿cómo pretenden salir de la crisis con esa puerta abierta, ahogando al de abajo?

 No puede ser, la puerta está abierta también las ventanas, las ventanas somos el pueblo.

       Ustedes quieren frenar la crisis cerrando las ventanas, es decir, quitando derechos al pueblo convirtiéndolos en poco más que esclavos, reduciendo el estado de bienestar, pero la puerta no la cierran. No frenan a los mercados, no frenan la especulación, no atan en corto a las corporaciones, no solucionan el problema de los paraísos fiscales, no implantan una fiscalidad justa, donde paguen más los ricos.

       Señores líderes, hay medidas más efectivas y justas que las que están aplicando, pues aunque cierren esa ventana (reducir el déficit y explotar al pueblo) seguirá escapándose todo por la puerta.

       Así que discúlpenme si les digo, que no me creo nada, que su único objetivo es favorecer a las élites y con ellas a ustedes mismos.

       Cierren la puerta antes que las ventanas, los ladrones no están en la ventana, entran todos por esa puerta que ustedes mismos les dejan abierta. 

       Ante esto, el pueblo ha de rebelarse. No tenemos que pagar las consecuencias de hechos intencionados y consentidos. Pueblo, ¿ Te pagaría el seguro el robo de tu casa si averigua que tu mismo has sido el que le ha abierto la puerta al ladrón? ¿No, verdad? Serías más bien acusado de estafador.

       Señores líderes cierren la puerta que hay corriente y no me hablen de crisis, porque sin esa intención o medida, no me creo nada. Cierren la puerta y aten en corto a todo lo que ha sido causante de la crisis y desmonten también las agencias de calificación crediticia, por lo menos la forma con la que hoy en día operan.

       Venga va, cerremos la puerta de la codicia y abramos la del sentido común. Esa que dice soy humano, tengo humanidad.

       Señores líderes, las personas a las que están ahogando con sus medidas, son humanas, sufren, ¿sienten el sufrimiento, o ustedes sólo saben de números y cosas materiales?

     Por favor, cierren esa puerta y antepongan a las personas por encima de todo. Un mundo más justo es posible y ustedes están en sus puestos por algo, han cometido el error de abrir una puerta que no debieron, es su obligación volver a cerrarla.

       El pueblo, los pueblos, quieren tranquilidad pero no olviden que aunque ustedes tengan la llave maestra de esa puerta, el pueblo se puede hacer con una copia para cerrarla, esta copia es la revolución. Tengamos la fiesta en paz, ventanas abiertas y puerta cerrada.